Setmana Santa

Pierre Michon cita un text de Benjamin Constant on parla del cavaller de Revel:

Asegura que Dios, es decir, quien nos creó y creó nuestro entorno, murió antes de haber acabado la obra; tenía los proyectos más hermosos y ambiciosos que darse puedan y los medios más consumados; ya había echado mano de varios de esos medios, como quien alza andamios para edificar; y en plena tarea murió; y hete aquí que todo ahora está hecho para una finalidad que ya no existe; y nosotros, en particular, notamos que nos destinaron a algo que no podemos concebir en forma alguna; somos como relojes sin esfera, cuyas ruedas, dotadas de inteligencia, giran hasta desgastarse sin saber por qué y se dicen de continuo: si giro será que tengo una meta.

Un company de la llibreria m’havia parlat de Philipp Mainlander, seguidor repudiat de Schopenhauer, que afirmava que el món és en realitat el cos corrupte d’un déu mort. Cioran:

Siendo estudiante, tuve que interesarme por los discípulos de Schopenhauer. Entre ellos, un tal Philipp Mainlander me había llamado particularmente la atención. Autor de una Filosofía de la Liberación, poseía además para mí el aura que confiere el suicidio. Totalmente olvidado, yo me jactaba de ser el único que me interesaba por él, lo cual no tenía ningún mérito, dado que mis indagaciones debían conducirme inevitablemente a él. Cuál no sería mi sorpresa cuando, muchos años más tarde, leí un texto de Borges que lo sacaba precisamente del olvido.

De Michon, passant per Mainlander, és inevitable, doncs, arribar a Borges. A El libro de arena, "La secta de los treinta":

Involuntarios fueron los sacerdotes que entregaron los dineros de plata, involuntaria fue la plebe que eligió a Barrabás, involuntario fue el procurador de Judea, involuntarios fueron los romanos que erigieron la Cruz de Su martirio y clavaron los clavos y echaron suertes. Voluntarios sólo hubo dos: el Redentor y Judas. Éste arrojó las treinta piezas que eran el precio de la salvación de las almas e inmediatamente se ahorcó. A la sazón contaba treinta y tres años, como el Hijo del Hombre. La Secta los venera por igual y absuelve a los otros.

A Ficciones, "Tres versiones de Judas":

Dios, arguye Nils Runeberg, se rebajó a ser hombre para la redención de género humano; cabe conjeturar que fue perfecto el sacrificio obrado por él, no invalidado o atenuado por omisiones. Limitar lo que padeció a la agonía de una tarde en la cruz es blasfematorio. [...] Dios totalmente se hizo hombre pero hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia: pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue Judas.

Entre Cuerpos de rey de Pierre Michon i l’Evangeli de Judes no hi ha tan sols el cavaller Revel, Cioran, Philipp Mainlander o Jorge Luis Borges, també Gerschom Scholem i la càbala, Elaine Pagels i els evangelis gnòstics, la puresa quimèrica de les heretgies medievals, els complicats edificis teològics, les subtils distincions filosòfiques; històries, narracions o contes que es basteixen sobre especulacions que s’alimenten d’especulacions anteriors: literatura.